Un fallo
informático masivo afecta este viernes las operaciones de aerolíneas
internacionales —que debieron cancelar vuelos— industrias,
bancos y compañías de telecomunicaciones de todo el mundo. El problema se originó en una actualización
para usuarios de Windows, de Microsoft, y ya fue "identificado",
informaron desde CrowdStrike, una firma norteamericana de ciberseguridad, que descartó que haya sido consecuencia de "incidente de
seguridad o un ciberataque". Por el momento, la falla no afecta a
la Argentina.
"CrowdStrike
está trabajando activamente con los clientes afectados por un defecto
encontrado en una actualización de contenido de los usuarios de Windows (...) no se trata de un incidente de
seguridad ni de un ciberataque. El problema fue identificado, aislado y se
ha aplicado una corrección", escribió George Kurtz, CEO
de CrowdStrike, en las redes sociales X y LinkedIn.
Qué causó la falla
masiva en los sistema de Microsoft
Una actualización
defectuosa de la plataforma de seguridad informática CrowdStrike
originó la falla de los sistemas de Microsoft.
La compañía
admitió que un fallo en una actualización de su plataforma CrowdStrike Falcon,
uno de los sistemas de protección de Windows, causó el el caos y
asegura que trabaja para revertirlos.
Según explicaron
expertos informáticos a EFE, la última actualización de controladores de Falcon
contenía errores y colapsó la plataforma de computación en la nube creado por
Microsoft para construir, probar, desplegar y administrar aplicaciones y
servicios utilizando su infraestructura global.
Ello provocó la
aparición de las pantallas azules "de la muerte", que en todo el
mundo mostraban que los sistemas habían dejado de funcionar.
Aerolíneas,
aeropuertos, bancos y telecomunicaciones: los servicios afectados por el fallo
Las principales
aerolíneas estadounidenses, entre ellas Delta, United y American Airlines, suspendieron
sus vuelos a primera hora debido a "problemas de comunicaciones",
informó la Administración Federal de Aviación.
Problemas
similares afectaron los aeropuertos de Berlín, en Alemania; al neerlandés de Amsterdam,
al de Hong Kong y a la totalidad de aeródromos de España.
También en Suiza hubo inconvenientes y el aeropuerto de Zurich
suspendió sus operaciones.
Además de
compañías aéreas y aeropuertos, el fallo informático afectó también a hospitales
neerlandeses, a la Bolsa de Londres y al operador ferroviario británico.
Lo mismo ocurrió
con las emisiones de la cadena británica Sky News, que se vieron
interrumpidas, y de la cadena nacional ABC de Australia, que declaró
que sus sistemas se habían visto afectados por un fallo "importante".
Las caídas masivas de la tecnología en todo el mundo provocaron el cierre de
los sistemas informáticos, provocando retrasos y problemas en los aeropuertos
europeos.
El aeropuerto
londinense de Gatwick declaró
que está "afectado por los problemas globales de Microsoft" y que los
pasajeros pueden experimentar retrasos al facturar y pasar por el control de
seguridad, mientras que en el de Berlín en Alemania se están experimentando
retrasos en la facturación debido a un "fallo técnico".
El aeropuerto
Schiphol de Amsterdam dijo
que el "fallo global del sistema" había afectado a "los vuelos
hacia y desde Schiphol" y que el impacto "se está mapeando
ahora". KLM Royal Dutch Airlines dijo que los cortes están "haciendo
imposible el manejo de vuelos", mientras que en el aeropuerto Edimburgo las interrupciones de los sistemas
informáticos significan que "los tiempos de espera son más largos de lo
habitual en el aeropuerto".
La autoridad
aeroportuaria española AENA,
que supervisa los aeropuertos de Madrid, Barcelona y otros por todo el país,
dijo en un post en X que hubo un "incidente en el sistema
informático" que "podría causar retrasos", añadiendo que está
trabajando para resolver los problemas.
El aeropuerto de Praga, por su parte, indicó en una publicación en X
que los problemas han afectado a su sistema global de facturación, lo que
retrasó los vuelos, mientras que Ryanair también confirmó una interrupción en
la red de la aerolínea, aconsejando a los pasajeros que lleguen al menos tres
horas antes de su hora de salida programada.