En el marco de la puesta en marcha del Consejo de Mayo, y luego de la reunión con la CGT de la
semana pasada, el Gobierno ahora convocó a los empresarios para discutir
los detalles de la reglamentación de la reforma laboral.
El encuentro
entre el secretario de Trabajo, Julio
Cordero, y los representantes del Grupo
de los 6 (G6), compuesto por la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara
Argentina de la Construcción (CAMARCO), la Asociación de Bancos Argentinos
(ADEBA), la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio
(CAC) y la Sociedad Rural Argentina, se realizará este miércoles. Desde Capital Humano destacaron que será con
“agenda abierta”.
Cordero, tras escuchar a los empresarios, los
invitará a integrarse a una mesa técnica junto con la CGT que buscará
consensuar el decreto reglamentario de la reforma laboral. La delegación
sindical que visitó a Cordero extendió sus demandas de modificar artículos del
capítulo laboral de la Ley Bases. Inicialmente, parecía que iba a concentrarse
sólo en dos o tres puntos que, a su juicio, consagran la “desprotección
laboral” de los trabajadores, pero presionan
para rechazar otros artículos.
Los empresarios respaldan los cambios legislativos
promovidos por el Gobierno en materia laboral y cuestionan las
objeciones de los sindicalistas, como el artículo que penaliza
los bloqueos sindicales, el que crea
la figura del trabajador independiente que puede tener a su cargo
hasta otros tres trabajadores autónomos para un emprendimiento productivo y el
que incorpora el agravamiento
indemnizatorio por despido motivado por un acto discriminatorio.
Para el sector empleador, la versión original de
la reforma laboral, incluida en el DNU 70, era “más
abarcativa y profunda” que la sancionada con la Ley Bases, ya que por
presión de la CGT se le recortaron 42
artículos que preocupaban a la dirigencia sindical. Aun así, los
empresarios coinciden en que la norma aprobada es “un paso
adelante para sacarnos de encima la espada de Damocles en que se
transformó gran parte de la legislación del trabajo”. Valoran, por ejemplo,
todo el articulado que elimina las
multas por trabajo no registrado o demora en el pago de las
indemnizaciones, uno de sus clásicos reclamos.
Uno de los mayores puntos de fricción que se insinúa entre el G6 y la el
sindicalismo es el artículo sobre los bloqueos a las empresas: si bien el sector dialoguista de la CGT no suele utilizar esa modalidad de protesta, en la reunión con
Cordero planteó sus quejas por la forma en que dejaría expuestos al despido
con causa a los trabajadores por el solo hecho de estar en la puerta de la
empresa mientras dura el bloqueo. Curiosamente, en el encuentro no estuvieron Pablo Moyano ni su papá Hugo, líderes del Sindicato de Camioneros, la
organización gremial que apela con más frecuencia a los bloqueos como método de protesta, pese a fallos
judiciales que los consideraron un delito y a condenas contra sus promotores.
Incluso el propio
Funes de Rioja defendió en el
marco de la OIT, hace un mes, el artículo que penaliza
los bloqueos contra las empresas al destacar que “un tema en discusión
son los límites al derecho de
huelga, que deben tener en cuenta la figura del acoso y violencia del
Convenio 190 de la OIT, ya ratificado por la Argentina”. Allí fue cuando
mencionó que ese convenio es de “doble
vía, pues los bloqueos de
planta o la imposibilidad de ingreso o egreso de un establecimiento violan
también derechos constitucionales como el de propiedad, el de ejercer toda
industria lícita la libertad de tránsito y
de trabajo”.
Para el sindicalismo, “la Ley Bases tiene todavía
una parte laboral que puede ser dañosa y
perjudicial si no se reglamenta bien”, advirtió un
experto jurídico de la CGT para explicar su posición. Según esta misma fuente,
la dirigencia cegetista planteará en la mesa técnica tripartita que impulsa
Cordero la necesidad de atenuar o
corregir los efectos de distintos puntos de la reforma laboral
impulsada por el Gobierno que, en su opinión, implican la “desprotección de los trabajadores”.
El Grupo de los Seis definió exactamente lo contrario y tratará de que se
respete fielmente el espíritu de los cambios sancionados en la Ley Bases, ya
recortados por presión de la CGT.