El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, aseguró este martes que “el oleoducto Vaca
Muerta Sur será el primer proyecto RIGI de energía del país” y detalló que demandará una inversión de USD 2.500
millones. Se trata de una obra estratégica para el sector energético y para el
país que permitirá incrementar la producción no convencional de petróleo además
de crear una plataforma exportadora en una segunda etapa.
Según Marín, el
oleoducto que conectará Vaca Muerta con el Golfo San Matías, en Río Negro, “va
a terminar con el cuello de botella actual en el transporte de petróleo desde
Vaca Muerta”.
Asimismo, detalló en diálogo con Radio La Red que
se va a “realizar con toda la industria” y que están “en conversaciones con una
empresa muy importante del midstream (transporte) de Estados Unidos”.
Sobre el ingreso
de divisas que generaría el sector con el oleoducto finalizado, Marín sostuvo
que trabajan desde YPF con el objetivo de lograr que el país sea un exportador
de energía del orden de los USD 30.000
millones por año”.
“Un pilar para eso es el desarrollo pleno de Vaca
Muerta, en el cual tenemos la mitad para petróleo y la otra mitad es el
proyecto del gas natural licuado (GNL), que es ser exportador de gas. Si logramos ese proyecto, Argentina puede llegar
a ser el quinto exportador mundial de GNL”, dijo.
Hacia adelante, consideró que “la situación
económica va a permitir que haya financiamiento externo y poder desarrollar
estos proyectos” y agregó: “Somos optimistas con el futuro de la energía y de
YPF”.
El oleoducto Vaca
Muerta Sur es una obra estratégica para el sector, ya que permitirá incrementar
la producción no convencional de petróleo y crear una plataforma exportadora de
energía. Actualmente, se encuentra en marcha el primer tramo del ducto que se
extenderá entre las localidades de Añelo (Neuquén) y Allen (Río Negro), donde
conectará con el sistema de Oldelval.
Desde YPF precisaron que “esto permitirá comenzar
a transportar petróleo mientras se espera la culminación del segundo tramo y la
terminal de exportación en la zona de Punta Colorada, cerca de Sierra Grande”.
Para el primer tramo, la inversión se estima en
aproximadamente USD 190 millones. Este fortalecerá todo el sistema de
evacuación de petróleo de la cuenca, aprovechando al máximo la capacidad de
transporte hacia las refinerías y hacia el puerto de Bahía
Blanca. Además, se generarán 500
puestos de empleo durante el pico de las tareas.
En su capacidad operativa máxima, el ducto
permitirá transportar 390.000 barriles de petróleo por día (bdp), lo que
representará un incremento del 70% en la capacidad de evacuación de petróleo
desde la cuenca Neuquina y duplicará la capacidad actual de la región central
de Vaca Muerta.
La segunda etapa y terminal de exportación, que
completarán el proyecto, están en etapa de desarrollo y con alto grado de
avance. Implicarán una inversión de más de USD
2.000 millones, que YPF afrontará en conjunto con otras compañías que ya
mostraron interés en el proyecto. Una vez finalizado, el oleoducto Vaca Muerta
Sur permitirá exportar 135 millones de barriles de petróleo anuales, posicionando
a Argentina como uno de los principales exportadores de la región.
Además del oleoducto, el proyecto contempla la
construcción de la playa de tanques más grande de la Argentina y dos monoboyas
flotantes que se ubicarán a 6 kilómetros de la costa.
En medio de
posibles embargos por parte de Burford
Capital por la estatización de YPF en 2012, las nuevas autoridades proyectan que el valor de YPF supere los USD 25.000
millones para finales de 2027. Con exportaciones
de hidrocarburos que para 2030 se ubicarían cerca de USD 30.000
millones, esperan un superávit
comercial de unos USD 28.000 millones.
El equipo de Marín considera que YPF debe enfocar
sus esfuerzos en el petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta, de
donde sale la mitad de la producción de hidrocarburos del país.
Luego de visitar por primera vez el lugar, el
presidente Javier Milei dijo:
“Hablamos de una fuente de recursos extraordinaria que, como mínimo, puede
abastecer la demanda argentina por los próximos 150 años. Por eso, Vaca Muerta
es un antes y un después para nuestro país” y la definió como la “nueva panacea
argentina”.
Por su parte, Marín sostuvo: “Vaca Muerta es un
excelente activo: son las segundas reservas de gas no convencional y muchas
reservas de petróleo”. Y agregó: “Las
reservas que tenemos nos permiten ser un exportador. Si no lo logramos se queda
mucha riqueza en el subsuelo y nos perdemos una oportunidad única de
exportar y mejorar, bajar la pobreza, que no haya problemas con los
tipos de cambio, va a ser un gran motor”.