En dialogo con Carlos Ojeda para la Constructora 103.3, Cristina Caamaño,
rectora de la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo, expresó su
sorpresa y preocupación tras la intervención de la Policía Federal en la sede
de Defensa 119. La medida fue ordenada por el interventor Maurizzio, nombrado
por el gobierno, y generó un clima de tensión en la comunidad educativa.
La intervención
ocurrió en horas de la mañana, cuando la universidad estaba prácticamente
vacía. "Nos sorprendieron. Fue necesario presentar un habeas corpus para
poder salir del edificio", explicó Caamaño. La presencia policial se basó
en un correo electrónico enviado por el interventor, sin carácter oficial, lo
que generó dudas sobre la legalidad de la acción.
Desde hace un mes,
la universidad enfrenta una intervención tras intentos del gobierno de ahogar
financieramente a la institución. Según Caamaño, el objetivo es desmantelar una
universidad con una fuerte orientación en derechos humanos. A pesar de las
dificultades, docentes y personal administrativo continúan su labor sin recibir
salarios desde enero, mientras el interventor, que nunca ha asistido a la
universidad, cobra un salario significativo.
La comunidad
universitaria, formada bajo el legado de las Madres de Plaza de Mayo, se
mantiene firme en la defensa de la autonomía universitaria. "Estamos
preparados para resistir", afirmó Caamaño, subrayando la importancia de proteger
la educación pública y de calidad. La vulneración de la autonomía universitaria
es vista como una amenaza no solo para esta institución, sino para todas las
universidades públicas del país.
La situación ha
captado la atención internacional, con informes llegando incluso a
universidades en el extranjero. La comunidad académica global observa con
preocupación los acontecimientos en Argentina, temiendo que el caso siente un
precedente negativo para la educación superior pública.
A pesar de las
dificultades, la universidad continúa en estado de alerta, decidida a enfrentar
los desafíos que se presenten. La comunidad educativa sigue movilizada,
contando con el apoyo de estudiantes, docentes y organizaciones de derechos
humanos, comprometidos en la defensa de esta histórica institución.