En medio de un
contexto de creciente malestar social por los paros en Aerolíneas
Argentinas, Javier Milei mantuvo una reunión con sus funcionarios y lanzó una
frase contundente: “Se privatiza o se cierra”, advirtió el presidente de la Nación
sobre la aerolínea de bandera. En este marco, el Gobierno busca acelerar el
proceso para poner fin a la empresa estatal.
Desde que asumió
la presidencia, Milei adoptó una postura firme en cuanto a las empresas
públicas que generan pérdidas millonarias, y Aerolíneas no es la excepción. El constante ciclo de paros y los inconvenientes para los
pasajeros se
han multiplicado en las últimas semanas y parecen haber acelerado la necesidad
de una resolución.
En este contexto,
el Ejecutivo apostó a una salida legislativa, con el proyecto de privatización de Aerolíneas presentado por el PRO, que busca dar
un marco legal para transferir la empresa al sector privado. Sin embargo, la iniciativa todavía no garantiza su aprobación, sobre todo por las resistencias en el
Senado. Por eso, desde el Gobierno remarcan que, si no se aprueba la
privatización, se procederá al cierre definitivo de la compañía.
En tanto, una
fuente cercana al presidente explicó que el proceso está bien definido: si el
descontento popular continúa aumentando y la situación se vuelve más tensa, la
decisión se tomará con mayor rapidez.
Según las
mediciones realizadas por el Gobierno, el clima de opinión sobre la compañía ha
cambiado notablemente. De esta manera, revelaron que hace seis meses, alrededor del 90% estaba a favor de
mantener la aerolínea estatal. Sin embargo, hoy la tendencia cambió drásticamente.
“Ahora el 80% de la gente quiere que se privatice”, afirman en el Gobierno. Los paros en
Aerolíneas, que afectaron a miles de pasajeros en los últimos meses, parecen haber inclinado la balanza a favor de la
privatización, algo
que antes se veía como impensable.