La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica por casos de sarampión en ocho países. Los que lideran en cantidad de confirmados –376 en total– son Estados Unidos, con 267; Canadá, con 82; y Argentina, con 11. El informe de la OPS aclaró también que el 57% de estos pacientes no estaban vacunados, “lo que resalta la necesidad urgente de abordar las brechas en la cobertura”. En Argentina, según el último reporte epidemiológico, ninguno de los afectados estaba inmunizado. Los casos confirmados corresponden a personas de entre 18 meses y 34 años de edad.
En este contexto, el informe que Unicef presentó en la Cámara de Diputados, y que analiza el presupuesto destinado a niñez y adolescencia para 2025, toma mayor relevancia: señala que el área de salud “presenta riesgos de desfinanciamiento” y que el Programa Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles e Inmunoprevenibles, dedicado a la compra y distribución de vacunas, sufrirá una reducción del 24% si se tiene en cuenta la inflación prevista en el Presupuesto (18,3%) y del 35% si se mide en base a las proyecciones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (38%).
Otras partidas, como las transferencias al Hospital Garrahan, caerían en ambos escenarios: 5% o 19%, respectivamente. “También se reduce el financiamiento para la Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (ENIA) (-27% o -38%) profundizando la caída de 2024”, continúa el documento. “Esto pone en riesgo la capacidad de abastecimiento de insumos y de implementación de acciones para sostener los resultados positivos que el Plan ha tenido en materia de reducción de la fecundidad adolescente desde su creación en 2017”. Como dato positivo destacaron el aumento del financiamiento para la atención y el cuidado de la salud integral del embarazo y la primera infancia, “componente del Plan 1000 días que se implementa en el marco del programa Abordaje de Curso de Vida (+255% o 204%, según el escenario de inflación que se considere)”.
Yanina Nano Lembo, secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia, sostuvo que el proyecto de Presupuesto es “eficiente” y que “busca mejorar la calidad de vida de las familias más vulnerables a través de la asistencia directa y sin intermediarios”. En el informe que presentó en la legislatura, la funcionaria del Ministerio de Capital Humano –que en la última semana se vio envuelto en escándalos que incluyeron la contratación de un servicio de catering por $ 3 millones, la compra de una cafetera de $ 2 millones y la salida de una funcionaria por esta causa– explicó que “una de las primeras decisiones del gobierno fue eliminar todo tipo de intermediación de la política social” y así “combatir la discrecionalidad y garantizar un uso eficiente de los recursos públicos”. La prioridad, destacó también, es la Prestación Alimentar. “Desde comienzos de año incrementamos la Prestación Alimentar en un 138% y, junto con la AUH, estamos cubriendo casi el 100% de la Canasta Básica Alimentaria de todos los niños y adolescentes alcanzados por estos programas”, declaró.
Si se cumple el escenario de inflación oficial, y respecto a 2024, la Asignación Universal por Hijo y (AUH) y la Asignación por Embarazo (AUE) tendrán un crecimiento del 8%; las Asignaciones Familiares Contributivas (AAFF) del 13%; y la Prestación Alimentar del 26%. Sin embargo, “de materializarse el escenario de inflación planteado por el REM, el signo positivo se revertiría para la AUH y la AUE (cuyo presupuesto se contraería -8% respecto de 2024) y para las AAFF contributivas (-3%)”. En el caso de la Prestación Alimentar, explicaron desde la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij), “se observa un aumento del 25,94% respecto al presupuesto vigente del 2024 y del 4,59% respecto al presupuesto ejecutado en 2023”. Pero, “en cuanto al máximo de la serie, alcanzado en 2021, implicaría un recorte de 14,21%”.
Tanto Acij como Unicef manifestaron su preocupación por el artículo 68 del proyecto, que elimina el ajuste automático de las asignaciones. Eso, entienden, “deja a las familias de menores ingresos sujetas a decisiones discrecionales”. Lo que indican es que, con el objetivo de cumplir con el equilibrio fiscal, “el Poder Ejecutivo podría recortar las partidas destinadas a AUH, AUE y Prestación Alimentar”.
El Presupuesto de 2025 asigna $13.880.540 millones a los programas dirigidos a la niñez y la adolescencia, lo que representa un 11,8% total. El porcentaje crece respecto a 2024, ya que actualmente es del 10%. Si se toman los datos oficiales de inflación prevista, “en términos del PBI aumentaría 0,2 puntos porcentuales. Si, por el contrario, se considera el escenario proyectado por el REM, el presupuesto para la niñez implica una contracción del 2% en términos reales”, sintetizó Unicef.
Específicamente en el caso del programa destinado a la compra y distribución de vacunas el monto asignado pasará de los $ 240.588,31 millones vigentes en 2024 a los $ 250.029 en 2025, un incremento del 3,9%, lo que lo ubica muy por debajo de cualquier proyección. Ante el aumento de casos de sarampión en la región, la OPS recomendó, en cambio, “intensificar esfuerzos de vacunación y vigilancia”. De acuerdo con un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría, si bien el nivel de inmunización logró recuperarse después de la gran caída que sufrió tras la pandemia, para fines de 2023 “las vacunas aplicadas en lactantes para completar el esquema primario eran iguales o inferiores al 80%, 15 puntos por debajo de la meta óptima del 95% necesaria para alcanzar una cobertura universal o de rebaño”.
El problema no es nuevo, pero se intensificó en el último periodo. “Desaparecieron de los medios de comunicación las campañas de información, y eso tiene un impacto directo sobre el porcentaje de vacunados”, explicó a PERFIL Oscar Atienza, médico y miembro de la Mesa Permanente en Defensa de la Salud. “A esto se suman las campañas de los antivacunas en redes sociales, que siempre tienen alto impacto”.
Además del sarampión, el profesional advirtió sobre el aumento de enfermedades como la parotiditis (paperas) y varicela, ambos relacionados con la falta de vacunación. “Se estima que el 50% de los niños tiene al menos una vacuna sin colocar, con lo que es de alta preocupación que la mitad esté en riesgo de padecer enfermedades que estaban totalmente bajo control”.
La situación, de profundizarse, impone desafíos a mediano y largo plazo. “Existen virus como el de la poliomielitis que son endémicos en varios lugares del mundo, por lo que tener a los niños sin vacunar es de altísimo riesgo, porque erradicar enfermedades reemergentes como el caso de sarampión o la parotiditis puede llevar años”, concluyó.