“Pedirle a Dios yo creo que eso es lo más importante. Pídale a Dios, ‘Señor, quiero pasar unas fiestas en familia o con amigos o en soledad. ¿Qué podés hacer vos para que estas fiestas sean diferentes?’ Porque si vamos a envolvernos en pensamientos, vamos a terminar haciendo lo mismo, esperando que se pasen o teniendo afán de que vengan y poniendo en nuestra cabeza las fiestas o las vacaciones y tengo que aprovecharlo y tiene que ser maravilloso o va a ser un desastre. No, no nos envolvamos en nada de eso. Vayamos a Dios y digámosle, decime Dios, ¿Qué podrías hacer y qué querés hacer vos? Yo acepto lo que vos me traigas para estas fiestas y yo te puedo asegurar que vas a pasar las fiestas más maravillosas, más lindas y aún las vacaciones más maravillosas”.