Clostridium botulinum.
Ingresa al organismo por vía digestiva y
libera una toxina. Esta toxina lo que hace es inhibir en la placa nerviosa, en
la parte neuromuscular, los nervios, las terminales nerviosas estimulan a los
músculos, esta estimulación se produce a través de la liberación de una
sustancia que se llama acetilcolina.
“Se bloquea la liberación de acetilcolina, entonces
no hay transmisión neuromuscular. Los músculos no reciben el estímulo y el
paciente empieza con hipotonía, hiporreactividad, dificultad respiratoria, no
puede succionar, no puede deglutir, afecta a todos los músculos del organismo”.
Esto provoca, que el niño entra en una
parálisis flácida, que es una parálisis muy aguda. Se produce en el transcurso
de 24 a 48 horas. “Entonces a los papás les llama la atención, primeramente,
porque el chico no está reactivo, no succiona bien, tiene un llanto débil y
después obviamente notan que está hipotónico, que está flácido y concurren
rápidamente al médico”.
“Hay que sospechar el botulismo en forma inmediata,
porque progresa rápidamente hasta la parálisis total”.
El chico no puede respirar y mucho menos
alimentarse. “De estos pacientes que tuvimos, la bebé de dos meses tenía mayor
afectación, esta nena requirió asistencia respiratoria, porque tenía una
respiración muy débil, muy superficial”.
Cabe destacar que tanto la primera paciente
como el niño de cinco meses respondieron muy bien al tratamiento.
El
contagio.
El Doctor nos comenta que, lo que se ha
visto, es que uno de los alimentos que mayormente está contaminada con esta
espora esta bacteria, que es el Clostridium botulinum, es la miel. “Es un
germen que se encuentra en la tierra, en todas las superficies, y contamina los
alimentos. Y uno de los alimentos que mayormente está descrito como
contaminado, es la miel”.
“En el caso del primer paciente, encontramos
que los padres habían comprado un frasco de miel artesanal. Este frasco se les
había roto y de ahí viene la contaminación, no es que le hayan dado, pero
bueno, se contaminaron las manos, tocaron al bebé y ahí se contaminó”.
Esto no se trasmite de bebé a bebé, sino
que tiene que contagiarse con la misma toxina, con el mismo contaminante, con
el mismo vector que en este caso ha sido la miel. “Eso sí puede contaminar otro
niño, otro paciente”.
“Generalmente se da en los lactantes, hay
descritos casos en chicos mayores, pero principalmente está descrito el botulismo en lactantes, también por la característica del sistema
digestivo del lactante esta bacteria prolifera y puede provocar que libere
esta toxina, en los chicos más grandes y en adultos no”.
Recomendaciones.
Se recomienda principalmente higienizar
todos los alimentos, lavar el chupete, “porque es una bacteria que está en la
tierra, que está en la naturaleza. Entonces hay que evitar darles el chupete sucio, es importante higienizar todo lo relacionado al menor”.
“Y como se ha observado que uno de los
principales vectores es la miel de abeja, no hay que darles miel a
los chicos. De hecho, no es recomendable darles miel a los menores de 6 meses”.