En una emotiva
manifestación realizada ayer frente a la oficina judicial, familiares y amigos
de Maximiliano Cifuentes expresaron su profundo descontento ante la posibilidad
de que el culpable de su muerte solicite arresto domiciliario. La atmósfera
estaba cargada de dolor y rabia, mientras los asistentes portaban pancartas
exigiendo justicia y el cumplimiento de la ley.
Ana María
Arguello, abuela de Maximiliano, fue la primera en tomar la palabra.
Visiblemente afectada por la pérdida de su nieto, compartió su angustia con los
presentes. "Me siento como que me quitaron las
piernas porque mi nieto me llevaba para todos lados. Era un chico joven, muy
bueno, muy trabajador, el hombre de la casa", expresó con la voz
entrecortada. Ana María recordó cómo su nieto había sido una figura central en
su vida y en la de su familia: "Lo amamos mucho porque lo conocemos desde
muy chico y sabíamos qué clase de pibe era. Tenía un futuro brillante por
delante".
Su dolor se transformó en un llamado a la
justicia: "Solo pido que se haga justicia y que esta persona no lo dejen
en libertad, porque se va a escapar. Hay una condena que no se va a salvar, que
es la de Dios", afirmó, enfatizando su convicción de que el culpable debe
enfrentar las consecuencias de sus actos.
Tras las palabras de Ana María, Marcos
Gallardo, un amigo cercano de Maximiliano, subió al estrado para compartir su
perspectiva sobre la tragedia. Recordó con tristeza los sueños y aspiraciones
de su amigo, quien había logrado un puesto fijo en la industria petrolera y
deseaba construir un hogar para su bebé recién nacida. "Maxi era un pibe
que tenía todo un futuro por delante, y se cruzó con la persona
equivocada", lamentó Gallardo, destacando las cualidades de Maximiliano
como un joven responsable y trabajador.
El tono de la protesta se tornó más intenso
cuando Gallardo expresó su indignación por la insistencia del culpable en
solicitar la prisión domiciliaria. "Esto es una burla para la sociedad. La
familia de Maxi no tiene dinero para un abogado, y mientras tanto, esta persona
recibe beneficios que no debería tener", comentó, refiriéndose a la
aparente desigualdad en el trato que reciben los acusados según su situación
económica.
Ambos, Ana María y Marcos, coincidieron en
que el pedido de domiciliaria del culpable es inaceptable y una falta de
respeto a la memoria de Maximiliano. "Ojalá que haya justicia de verdad.
No solo para Maxi, sino para todos los pibes que hoy no están seguros en
Comodoro", concluyó Gallardo, recibiendo un fuerte aplauso de los
presentes.